- Ya sabes que no todo es así, ¿ves esa nube amarilla del horizonte? Ahí es donde tenemos que llegar.
- ¡Una ciudad!
- Sí. Así que puedes ir despidiéndote del aire puro y del silencio.
- ¡No tenemos prisa! -refunfuñó- Quisiera poder disfrutar de esto un poco más.
- Yo sí tengo prisa, detesto esto. Mientras antes acabemos, mejor.
Dicho esto, empezaron a caminar campo a través rumbo a la nube amarilla.
- Espero que no te hayas olvidado las bombas en la nave.
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